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Cómo me metí en esto
Cómo me metí en esto
Como tantas otras personas, mi iniciación en el mundo de la investigación puede atribuirse a causas “azarosas”. Es cierto que desde edad temprana había querido ser “inventora” (término que a veces se me antoja similar al de “investigadora”) y que de joven la admiración por un pariente cercano dedicado a la academia me hacia desear formar parte de ese mundo fascinante.
Es difícil resaltar qué hechos han sido más significativos para formarme como investigadora, o cuáles han contribuido más a nuestro campo de estudio. Cuando en 1998 comencé mi carrera universitaria, nunca imaginé que algún día estaría presentando mi acreditación como profesor titular de universidades.
Por aquel entonces, motivada por el deseo de aprender más que por adornar mi expediente, tengo que decir que no destaqué en ninguna materia en la que no estuviera genuinamente interesada. Siempre pensé, quizás inocentemente, que para la vida práctica (fuera de la universidad), el expediente académico tenía un valor relativo; por tanto, mi único deseo de mi paso por la universidad era mi formación como persona. Lo cual se refleja en los primeros años de mi currículo, plagado de seminarios y cursos de formación educativa. Este afán por el conocimiento, - el deseo de entender aquello que nos rodea y disfrutar de lo aprendido para aplicarlo en mi vida cotidiana y no limitar su uso a un contexto concreto-, me ha sido muy útil y valioso cuando más tarde comencé mi andadura como investigadora, tarea que me fascina.
Mi trayectoria como estudiante de Pedagogía y Psicopedagogía en la Facultad de Educación (Universidad de Murcia) y mi colaboración con algunos profesores de dicha facultad, marcarían mi futuro, en una forma más profunda de lo que imaginaba. Después de diversas colaboraciones en diferentes departamentos (durante mis años como estudiante fui alumna interna de los departamentos de MIDE, Historia de la Educación y de DOE)- terminé finalmente involucrándome con el equipo de la profesora Prieto, en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Es allí donde encontré la calidad humana y científica que quizás iba buscando. Primero, destacar que en dicho equipo me involucré durante los años de Pedagogía por dos razones principales: una, porque la línea de investigación sobre el estudio de la superdotación e inteligencia (académica, exitosa, creativa y emocional) me atraían fuertemente; la otra, porque en este grupo había observado una rigurosidad científica.
Al principio de mi incorporación al grupo cuando todavía era alumna contribuí al estudio del proyecto ACTIUM, orientado a la evaluación y detección de alumnos de altas habilidades en los primeros niveles escolares. Mis tareas se limitaban al estudio de la teoría de las inteligencias múltiples, de la creatividad, al uso de los instrumentos de evaluación, a la recolección de datos, corrección de tests, procesamiento y análisis de los datos. Durante esta época, y gracias al sistema de mentorado que seguía el grupo, fui impregnándome de conocimientos más avanzados y sobre todo del gran reto que supone la investigación. Me exigía estar al día en la teoría, utilizar los métodos de investigación y estar en contacto con las aulas. Como suele decir la profesora Prieto, “el conocimiento se crea y se comparte”; de manera que todos los miembros del grupo éramos, y somos, partícipes de este conocimiento.
Es así que en el 2002, habiendo finalizado los estudios de mi licenciatura de Pedagogía, y con escasas salidas laborales (una manada de pedagogos asistíamos a cualquier entrevista pública), algunos miembros del equipo me animaron a solicitar una beca predoctoral (FPU), adscrita al proyecto “Las Inteligencias Múltiples Un modelo para configurar la escuela como sistema eficaz: Educación Primaria”. Obtuve la beca por ser un tema en el que ya me había iniciado por mi conexión con el grupo y por mi formación académica en seminarios relacionados con esta línea de investigación – y extraoficialmente, diré que también por azar, pues parece que se “confabularon y alinearon los astros” para que las tres personas anteriores a mí renunciaran a aquella beca.
Así fue como oficialmente me vinculé a dicho grupo comenzando así mi trayectoria como investigadora.
Lo más interesante son las oportunidades de formación que me permitía dicha beca. Comencé mi andadura como becaria con buen pie, pues otra vez por azar me vi acompañando a una compañera a una estancia en la Universidad do Minho (Braga, Portugal), donde coincidiría con el profesor Leandro Almeida, que tan vinculado a estado a nuestro grupo de investigación desde entonces. Dicho profesor, gran experto en el tema de la inteligencia, me ayudó a revisar todos los planteamientos y búsquedas bibliográficas para mi tesina, que versaría sobre inteligencia y creatividad. Fue una experiencia gratamente enriquecedora, por dos razones: una, el modelo de investigador que me ofrecía era idóneo por integrar a la perfección teoría y práctica; la otra, utilizar adecuadamente los conocimientos metodológicos y estadísticos. Se trataba de una mente crítica que miraba con cierto escepticismo aquello que se publicaba sobre el tema (inteligencia y creatividad). Pude discutir con él toda una serie de cuestiones como ¿Qué es la inteligencia? ¿En qué medida se ha mejorado la medida de la inteligencia? ¿Es posible medir la creatividad? ¿Cómo estar seguros de que estamos midiendo lo que los tests nos dicen? Cuestiones fundamentales en nuestra labor investigadora. Años más tarde, tuve la oportunidad de publicar juntos el trabajo internacional titulado “Torrance Test of Creative Thinking: the question of its construct validity en Thinking Skills and Creativity,
Pero quitando aquel “escopetazo” inicial, en mis primeros años de becaria mis obligaciones comenzaron, como dice nuestra directora Lola Prieto, “por abajo, e ir subiendo en el escalafón”. Cada mañana nos reuníamos a las 8 de la mañana para planificar la recogida de datos de ese día. Por las tardes introducíamos los datos recogidos. Trabajábamos entonces en la medida de las IM (proyecto Spectrum) y era importante ser metódicos pues la cantidad de anotaciones y datos que teníamos que llevar en mente eran bastante “volátiles” (especialmente para aquellas que tenemos poca memoria). Según iba avanzando en mi trabajo como becaria, había comenzado a estudiar el segundo ciclo de Lic. en Psicopedagogía (de la que me había matriculado antes de saber la resolución de las Becas FPI), y un año después, me matriculé en los cursos de Doctorado (Creatividad Aplicada).
Algunos datos de la investigación sobre el proyecto Spectrum me fueron cedidos por el Grupo de AAHH para la elaboración de mi Tesina (2004), mi primer acercamiento a un trabajo serio de investigación; dirigido por la Dra. Prieto y la Dra. Ferrándiz (mis dos grandes maestras). En la elaboración de la misma cometí muchos fallos que valoro de forma positiva por lo que aprendí de ellos: comprendí la importancia de la meticulosidad a la hora de manejar referencias bibliográficas; lo difícil que es redactar algo si se tiene la atención fija en una sola fuente; la selección del material relevante y la necesidad de renunciar a otro que no lo sea; mi primer acercamiento al análisis de datos... Una vez hube superado mi examen del DEA (diploma de estudios avanzados) tenía vía libre para pensar en la tesis.
Por aquel entonces, a nuestra directora Lola Prieto la Consejería de Educación (CARM) le había pedido ayuda con un proyecto para la identificación de los alumnos superdotados y talentosos de nuestra región. Como becaria inexperta asistía a aquellas reuniones donde se organizaban y planificaba toda una identificación “masiva” en Educación Primaria (los detalles de la misma pueden verse recogidos en distintos trabajos del grupo de investigación de Altas Habilidades). Comenzamos así a trabajar –o a dar apoyo logístico a nuestros mayores, según se mire- en la formación del profesorado en aspectos de la superdotación; y en una segunda fase, a acudir a los colegios para evaluar a los niños que habían sido nominados por sus profesores. Era muy excitante acudir a rincones perdidos de nuestra región y conocer a niños tan diversos (algunos tan espabilados, otros tan estudiosos… ) y tener contacto con sus maestros.
Mi participación en este proceso fue interrumpida por mi segunda estancia en el extranjero (esta vez subvencionada por el MEC) en la Universidad de Warwick bajo la tutela de la prof. María Da Costa.
Por requisito de nuestra directora, a todas las becarias del grupo se nos solicitaba salir al extranjero por dos motivos: uno, para lograr la mención europea y, dos, y más importante, para aprender, culturizarnos y –si se me permite la expresión- “salir del pueblo”. Mi meta principal fue profundizar en la investigación y afianzar mi dominio de la lengua inglesa, una habilidad instrumental extremadamente básica y necesaria para desenvolvernos en la aldea global que no le debería faltar a ningún investigador del siglo XXI. En mi primera estancia a pesar de mis clases particulares y mi entrenamiento sistemático en el idioma inglés, constaté que no sabía nada, y no entendía nada de aquella lengua. Fue una estancia de sacrificio. Con intención de forzar el aprendizaje del idioma lo más rápidamente posible, a penas hablaba con españoles salvo mi propia profesora (Maria Da Costa); asistía a las clases de "Working with young children in a diverse society" y "The child and the family international perspectives" que la profesora Da Costa impartía en el Instituto de Educación. Conseguí aprobar los Exámenes ESOL Skills for Life (de la Cambridge University) y a defenderme más o menos lo suficiente como para poder ser de alguna asistencia a mi profesora con sus alumnas; a las cuales ayudé a elaborar sus pósters de fin de grado), en incluso asesoré a una alumna que elaboraba un trabajo sobre creatividad y bilingüismo. Más importante, También pude mantener una entrevista más o menos fluida con el personal del NAGTY (National Association of Gited and Talented Young), cuya sede se encontraba en Warwick. Es allí donde pude comparar las dos culturas (española y británica) o formas diferentes de tratar y “mimar” a los jóvenes talentos.
Durante esta estancia comencé a publicar algunos de los resultados de mi Tesina (lo correcto sería decir que se trataba de un trabajo conjunto del grupo de investigación de AAHH). Entre los trabajos que se publicaron les tengo especial cariño al de “Inteligencia y creatividad” publicado en la “Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa” (2005), por la cantidad de lecturas que ha ido teniendo a lo largo de los años y la cantidad de veces que gracias a este artículo otros investigadores se han puesto en contacto conmigo; y al de “Creative Abilities in Early Childhood” en el “Journal Early Childhood Research” (2006), por ser mi primera publicación en ingles.
Con la profesora Da Costa asistí también a mi primer congreso de la AERA (American Educational Research Association, Annual meeting 2005 -sólo como asistente), el cual surgió casi como “un plan de fin de semana”. Estando en Montreal en un descanso entre conferencia y conferencia la profesora Da Costa coincidió con un antiguo conocido, el profesor Richard Bailey. Entre las presentaciones y la charla que vino a continuación aprendí que el Prof. Bailey dirigiría aquel verano una escuela para alumnos superdotados y talentos en la Canterbury Christ Church University, a la cuál muy amablemente me invitó a asistir. Cuando estaba casi terminando mi estancia en UK, volvía a casa con la ilusión de poder asistir a la Escuela de verano en Agosto de ese mismo año.
De forma un poco alocada aunque con un objetivo claro en la cabeza, mi directora me ayudó a complementar los tramites y el papeleo que la Christ Church exigía para tomarme como “visiting schoolar”. Durante aquel verano pronto congenié con el grupo del Prof. Bailey, ellos pertenecían al área de Educación Física y yo al de Psicología de la Educación, creo que aquel tiempo fue interesante para todos. En la escuela de verano pude participar de las entrevistas que se les hacía a los alumnos, y observar todas las actividades que llevaban a cabo. Esto me permitió valorar cómo se desarrollaba dicha escuela, cómo se organizaban los grupos no por edades, sino por intereses y motivaciones. Incluso, el prof. Bailey me invitó a participar en la investigación que estaba llevando a cabo sobre lo que implicaba y significaba para estos jóvenes ser denominados y señalados como superdotados. Esta fue simplemente una gran oportunidad que no podía dejar pasar. Lo que comenzó siendo una estancia de verano, se alargó considerablemente. Por aquel entonces estaba enfrascada en la redacción de mi tesis doctoral, cuyas fuentes se encontraban la mayoría en lengua inglesa, allí disponía de todas las facilidades para la adquisición de fuentes bibliográficas, así que pude permitirme alargar mi estancia. Dicha estancia la hice “a media subvención”, del total del año que pasé con ellos, seis meses fueron subencionados por el MEC.
Me integré lo más que pude en el equipo del Prof. Bailey y comencé a tener mis primeros acercamientos con la metodología cualitativa de investigación guiada principalmente por entrevistas y observación. Por su parte, mi tutor el prof. Bailey estaba intersado en el tipo de investigación cuantitativa que llevabamos a cabo en Murcia y me embarcó en el proyecto “Teachers’ implicit theories about giftedness” que dirigían el mismo y el prof. Ray Godfrey. Además asistía a los distintos cursos y seminarios que la escuela de post-doctorado de la Christ Church ofrecía a sus alumnos.
Desde España, mis directoras de tesis me propusieron introducir la evaluación de los superdotados ingleses para establecer un estudio comparativo con los españoles. Esto supuso para mí un reto y aumentar mi calidad como investigadora. Hasta entonces, había seguido las directrices de mis directoras, pero nunca había sido la responsable de un proyecto, ni me había visto en la necesidad de buscar candidatos para el estudio. El prof. Bailey era un “lider inspiracional”, pero daba manga ancha en cuanto a los “Cómos”. Supuso para mi una gran ejercicio de autonomía ser capaz de buscar a los candidatos para el estudio, contactar a las escuelas y con mi pobre inglés entrevistarme con directores y profesores explicando las instrucciones de los test/cuestionarios que queríamos pasar a sus alumnos. Aún hoy, cuando miro atrás, creo que este ha sido uno de mis grandes logros personales y como investigadora. Fui capaz de contactar con las escuelas, convencerlas para participar en el estudio, acudir a los centros a administrar las pruebas y realizar los análisis de los datos recogidos. Todo eso por mi misma, en un país extranjero, y de habla inglesa! Dichos datos han sido difundidos, más tarde, en diferentes congresos internacionales (por ejemplo en la BERA, 2006 Véase CV), aunque no fueron utilizados en mi tesis. Como investigadora, esta fue una de las etapas más gratificantes de mi carrera.
Durante aquel año además tuve la oportunidad de conocer a otros investigadores, de los cuales, muy especialmente, recuerdo a John Geek y a Dino Petrides. El primero estudiaba la morfologías cerebrales y diferencias neuronales entre el cerebro superdotado y el no superdotado, lo cual era fascinante aunque muy alejado de mi línea de investigación. El segundo trabajaba el área de inteligencia emocional que era una línea que se estaba iniciando en nuestro grupo de investigación (la Prof. Ferrándiz la había traído de Estados Unidos tras su estancia en Yale University). Tuve la oportunidad de asistir a los cursos que el prof. Petrides impartía en el IOE de Londres, y el grupo de AAHH realizó una adaptación de su test (El TEIQue-ASF).
En el verano de 2006 volví a Murcia donde me concentré en acabar la tesis. Empezó para mí una nueva etapa donde comencé a familiarizarme con la docencia, ya que me concedieron la “venia docendi” compaginándola con mis estudios del master de “Atención temprana, II edición”. Leí la tesis en diciembre de 2006. Nada más leerla mis directoras ya pensaban en la publicación. El trabajo que recuerdo con especial cariño es el que se envió a Psicothema y se publico en 2007, (no sólo porque me supuso la corrección de más de 500 Test de Pensamiento Creativo de Torrance, si no) porque suponía un gran logro para nosotros: por fin, el TTCT contaba con algún tipo de baremo en población española. Sin embargo, esta etapa no duró más de 9 meses, ya que en Mayo de 2007 me encontraba otra vez fuera de España. Esta vez con una beca post-doctoral de la Fundación Séneca, que me permitió estar en la Tufts University y en Yale University (USA) –Algunos meses después me sería concedida la beca Fulbright para el mismo proyecto, pero ya había iniciado los tramites de visado, por lo que renuncié por incompatibilidad.
Dejé interrumpidos los cursos del master de Atención Temprana de los que ya había llevado a cabo las prácticas. No se puede tener todo, y la idea de ir a Boston, una de las ciudades universitarias por excelencia, no me dejaba preocuparme de lo que dejaba atrás. Allí, en USA, estuve trabajando con dos de las figuras más reconocidas en el campo de la Psicología Cognitiva (Dr. Robert Sternberg y Dra. Elena Grigorenko) coordinando (siempre con ayuda del grupo de investigación de AAHH y especialmente de la Prof. Prietoy y la Prof. Ferrándiz) el proyecto “THE AURORA PROJECT: EXPLORING THE ENTIRE SPECTRUM OF GIFTEDNESS”, que se está aplicando en diferentes países, entre ellos en España (Murcia).
Cuando llegue a la Tufts University sufrí una pequeña decepción: El profesor Sternberg había prosperado en su carrera universitaria y ahora era “Dean”, con mucho más poder de decisión y más capacidad para implementar las políticas educativas de las que tanto había escrito, pero a costa de delegar la investigación en otras personas. Concretamente el proyecto Aurora (el diseño de una batería para la identificación de la superdotación desde el modelo de la inteligencia exitosa) estaba siendo coordinado y continuado desde Yale University por la Dr. Elena Grigorenko y Mei Tan. Ambos equipos (Tufts y Yale) siempre fueron muy generosos y facilitadores. Durante mi primer año de estancia en USA compaginé ambas universidades, recorriendo 6 horas de viaje cada miércoles para asistir a los meetings en Yale y ponerme al día de mis obligaciones de la semana. Tuve la oportunidad de engancharme en todo el proceso de elaboración de nuevas tareas. Una ventaja y un inconveniente en la cultura americana es que los profesionales no se estancan en un sólo área de actuación. Así el equipo que trabajaba en la elaboración de la Batería Aurora estaba compuesto por distintos profesionales que habían ido y venido al EGBlab (el grupo de investigación de Elena Grigorenko), por aquel entonces el sub-equipo encargado de la Batería Aurora lo formaban antropólogos, filólogos, sociólogos…y yo era la única con un background en educación y “especialista” en creatividad (más tarde se unirían el Pof. Samuel y Esther, también docentes). Así pues me involucre en todas las tareas nuevas que se proponían como parte de la Batería Aurora. Debo agradecer la oportunidad de haber asistido a los centros educativos junto con Mei Tan para pasar la prueba. Cada centro educativo que visitábamos en Nueva York, y Bufalo era un mundo aparte, muy distinto a nuestros centros escolares casi “uniformados” y “cortados a patrón”. Aquella fue una experiencia muy enriquecedora para mi.
Viajé el verano de 2008 a casa en unas vacaciones cortas que aproveche para contar y trasmitir a mi grupo de viva voz la labor que estaba llevando a cabo en Tufts-Yale, y también para coordinarnos en algunos aspectos de la Batería que estaba siendo adaptada y testada en Murcia por el Grupo de investigación de AAHH. La batería en su subescala de creatividad requería de una corrección por consenso, y eso no nos fue fácil de lograr a la primera. En Aquel verano además, noté como las nuevas adquisiciones del grupo de investigación (Daniel Hernandez, Marta Sainz y Gloria Soto) a menudo consultaban conmigo como “senior”: comenzaba a crecer como investigadora!
En aquellos dos años, además de adaptar la batería Aurora al contexto español, continúe trabajando en la publicación y del trabajo de mi Tesis, se publicó “Prejudices about Emotional Intelligence in Gifted and Talented Children“ editado por Balchin al que le tengo especial cariño por haber sido escrito en ingles por mi misma, y otros que pueden verse en el CV. Además el grupo de investigación de AAHH preparamos el trabajo “Intelligence Assessment: Gardner Multiple Intelligence Theory as an Aternative” que se publcó en el Learning and Individual differences . Se comenzó a trabajar también en el articulo “Trait emotional intelligence and Academic Performance: A Study with Adolescents” “con el prof. Petrides y que se publicaría en 2010 en el “Journal of Psychoeducational Assessment”. Durante este año, Elena Grigorenko me propuso participar en el capitulo “Considering Language, Culture, and Cognitive Abilities: The International Translation and Adaptation of the Aurora Assessment Battery “ contando la experiencia española con la Batería Aurora. Además se nos invitó (al Grupo de AAHH) a participar en el simposio sobre la Bateria Aurora que tendría lugar en la AERA 2008 en Nueva York.
En mayo de 2008 se finaliza mi beca post-doctoral financiada por la Fundación Séneca. Aún más importante, se me acaba la VISA. Así pues regreso a España, habiendo solicitado las becas Saavedra Fajardo (de la fundación Séneca) y Juan de la Cierva (Ministerio de Educación) para la reincorporación de becarios post-doctorales. Ambas me fueron concedidas. Goce de una posición “privilegiada” en el departamento por cuanto que mi carga docente era muy liviana (contaba con una venia docendi). Teniendo pocas horas de docencia, me fue posible dedicarles más tiempo para preparar mis clases lo mejor que pude, siempre haciendo frente al miedo escénico y a la responsabilidad de no dar lecciones sueltas sino ser la encargada de un grupo de principio a fin. Comencé a tomar más confianza como docente y a sentirme más segura. Participé en los nuevos programas de tutorías electrónicas y en el curso 2011-12 impartiría mi docencia en inglés como voluntaria del programa bilingüe. Como tutora de alumnos Comencé con la dirección de trabajos de fin de Master (Laura Llor, 2009); y además pude dedicarme a la co-dirección de la tesis de la Dr. Sainz (2010).
A partir de mi incorporación en la Universidad de Murcia como personal contratado, comienza para mi una fase de “trotamundos” pues me son asignadas las presentaciones en casi todos los congresos internacionales en los que participa nuestro grupo de investigación. Ello me permite conocer nuevos enfoques de nuestra materia, contactar con personas relevantes en el área como Todd Lubart, y seguir con la publicación.
Además seguimos trabajando estrechamente con la Fundación Séneca, quien nos encarga el programa para favorecer la creatividad “suelta tu mente”, del cual fui responsable. El programa consistía en una serie de actividades abiertas a todos los niños que fueron aplicadas durante los fines de semana en los museos de la Región de Murcia. Más tarde esta misma fundación nos encargaría sendos programas para Infantil y Primaria para trabajar el pensamiento científico., línea de investigación nueva en nuestro grupo.
En estos años recibo la acreditación de la ANECA como Ayudante Doctor (Septiembre 2009), y aconsejada por mis mayores, renuncio a la Juan de la Cierva, para optar a un puesto “peor” pero “más estable”. Decisión de la que no me he arrepentido. Poco después me acreditaría como Contratado Doctor (octubre 2011).
Inicié la co-dirección de la tesis de la Dr. Soto, (2012) que versó sobre la adaptación de la subescala de creatividad de la Batería Aurora (mi trabajo de tesis post-doctoral). En 2010, otra vez por azar, se produce el próximo punto de inflexión. Comienzo a ser coordinadora de un proyecto Comenius financiado con fondos de la unión europea (Creanet 510473-LLP-1-2010-1-IT-COMENIUS-CNW). El equipo que solicitaba el proyecto estaba prácticamente conformado, a falta de algún experto en el área de creatividad, y de otro país de la Unión Europea, es así cómo el coordinador, Nicola Castelli (Scandianno Municipality), contacta con nuestro grupo, y cómo mi directora, Lola Prieto, sugiere mi nombre para coordinar dicho proyecto. La coordinación de este proyecto ha supuesto para mi uno de los mayores retos. No sólo porque no se me de bien manejar dinero, si no por ser este dinero público y por funcionar con reglas de forma totalmente ilógica: en lugar de ahorrar, debemos gastar para que no nos recorten el presupuesto. A ello hay que añadir las circunstancias “especiales” de estos años (léase crisis) que han hecho que el proyecto tenga una financiación irregular. Aún teniendo que lidiar con todo lo que supone coordinar, manejar, asesorar etc, Este proyecto me ha aportado grandes experiencias.
Durante este último año, nuestro grupo de investigación está profundizando en el estudio de la creatividad, En este caso Creatividad Científica. Habíamos tenidos nuestras primeras incursiones en el área gracias a los proyectos encargados por la Fundación Séneca. En 2011 Debido a la baja aceptación que vienen teniendo las carreras de Ciencias, la Fundación nos encargó el diseño de programas para favorecer el pensamiento científico. En la actualidad esta línea está siendo desarrollada en mayor profundidad y hemos contactado con otros colegas que trabajan la evaluación y mejora del pensamiento científico, como el Dr. Ugur Sak (Anadolu University), quién nos ha cedido su test para su utilización en España.
Una parte que aún no he mencionado como docente es la dirección de Trabajos Fin de Máster. Particularmente en mi segunda promoción coincidí con D. Javier Valverde, un alumno que ya ejercía como orientador en activo (funcionario de carrera), al principio en un Institudo de Educación secundaria y después en un Equipo de Orientación. Su trabajo Fin de Master versó sobre la Creatividad Musical (2011). Siendo él un profesional inquieto, siempre nos animó, al grupo de investigación, a aplicar aquello que tanto promulgábamos con nuestra investigación. Fruto de su entusiasmo, recientemente se nos ha concedido un modesto proyecto de innovación educativa (Convocatoria del Programa III de la UMU) para llevar a cabo un proyecto que favorezca la creatividad desde las áreas curriculares. La intención es que el maestro no se vea forzado entre la disyuntiva creatividad vs. Currícula, sino que puedan trabajarse a la vez. Este es un proyecto que comenzará el año próximo y por el cual estoy muy ilusionada.